La sandía es uno de los frutos imprescindibles del verano que apreciamos especialmente para refrescarnos con toda ligereza. Rica en agua, apaga la sed y se invita a ensaladas de frutas para el deleite de nuestro paladar.
Bien conocida por su reputación como fruta baja en calorías, la sandía tiene muchas otras virtudes. Para aprovechar todos sus beneficios, ¿sabes cómo elegirlo y almacenarlo? ¿Conoces alguna receta deliciosa para realzar la sandía? Te invitamos a descubrir todos los secretos de esta fruta gourmet y veraniega.
¿Qué es la sandía?
La sandía (Citrullus lanatus) también se llama sandía y pertenece a la familia de las curcubitacea. Se trata de frutos de gran tamaño que pesan entre 3 y 4 kilos.
Tienen una piel gruesa de color verde a rayas. Su pulpa es roja, amarilla o blanca según la variedad y es crujiente. Poco dulce, esta pulpa es rica en agua y, por tanto, especialmente refrescante. Originario de África Occidental, el cultivo de la sandía es muy antiguo.
Hoy en día, esta fruta se cultiva principalmente en China con una producción anual que supera los 68 millones de toneladas. En Francia, se consumen 1,3 kg de sandía por persona al año.
Los beneficios nutricionales y para la salud de la sandía
La sandía es, por excelencia, una de las frutas que más calma la sed, perfecta para hidratarse en verano. De hecho, contiene un 92% de agua. Así, ayuda a prevenir la retención de agua y está especialmente recomendado en casos de edemas. Además, la sandía es rica en potasio para combatir los calambres musculares.
Rico en antioxidantes, reduce el riesgo de cáncer, enfermedades cardiovasculares y limita los efectos negativos del sol. También una gran fuente de vitamina C y betacaroteno, la sandía es conocida por fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la visión.
Las semillas de sandía también contienen múltiples virtudes: estimulación de la memoria, propiedades laxantes o incluso un excelente antiinflamatorio.
¿Cuál es la temporada para comer sandía?
Disponible de mayo a septiembre, la temporada alta de sandía es de junio a agosto.
¿Cómo conservar la sandía fresca?
Gracias a su corteza gruesa y robusta, la sandía es una fruta un poco frágil. Sin abrir, puede guardarlo fácilmente durante una semana, preferiblemente en un lugar fresco y bien ventilado.
Si la sandía está abierta, proteja su pulpa con una película adhesiva para evitar que se dañe y se seque. Además, te aconsejamos que lo coloques en el frigorífico. Así almacenado, puedes conservarlo de 5 a 6 días sin ningún problema.
¿Cómo comer la sandía?
Llena de agua, la sandía es una fruta que no aprecia la cocción. Sin embargo, puedes convertirlo en una deliciosa mermelada, embellecida con semillas de vainilla para un sabor más refinado. Esta mermelada se conservará durante varios meses y te permitirá disfrutar durante todo el año.
¿Cómo elegir la sandía adecuada?
Para una delicia infalible, asegúrese de elegir una sandía madura . Ya sea de pulpa roja, amarilla o blanca, la elección de la variedad es irrelevante, ya que todas las sandías tienen un sabor similar.
Si compras una sandía entera, tómala en tus manos para pesarla. Debe ser pesado. Compruebe también que esté firme. Observa la cáscara de la fruta, debe quedar lisa y brillante. Si la sandía tiene manchas amarillas en la piel, es una muy buena señal. La fruta se habrá beneficiado de un buen sol y, por lo tanto, será dulce y sabrosa.
Si compra una sandía no entera, observe la pulpa de la fruta. Debe ser de un bonito color rojo intenso y no debe parecer seco.
Las variedades de sandías.
Las sandías se pueden agrupar en tres categorías amplias que se diferencian por el color de la pulpa y las semillas contenidas en la fruta.
La más común y consumida es la sandía de pulpa roja y piel gruesa. Estos frutos pertenecen principalmente a dos variedades: el “Sugar Baby” que tiene una pulpa muy dulce y el “Charleston” reconocible por su piel verde jaspeada.
Las sandías con pulpa amarilla también están muy presentes en las estanterías. Tienen semillas blancas o negras según la variedad. Entre las sandías de pulpa amarilla, encontramos las variedades «Crimson Yellow» y «Sungold».
Las sandías con pulpa blanca y semillas rojas son más raras. Son sandías que solo se pueden consumir transformadas en mermelada.
¿Cómo cocinar la sandía?
Para cortar fácilmente la sandía, simplemente córtela por la mitad con un cuchillo grande. La pulpa de la sandía se puede comer sola, cortada en rodajas. También puede cortarlo en dados y agregarlo a una ensalada de frutas o en brochetas de frutas. Combina sandía con melón y fresas para un maridaje fresco y delicioso. La mermelada de sandía es un verdadero placer para el desayuno o el té de la tarde sobre una tostada. Puedes preparar fácilmente un delicioso jugo de sandía en tu licuadora. Ofrézcalo como aperitivo para sorprender el paladar de sus invitados. Por último, si te gustan los maridajes dulce / salado, haz una ensalada llena de frescura combinando sandía, albahaca, tomates y queso feta.
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